Japón sobre ruedas: una travesía clásica entre montañas, templos y motores

Abril de 2025 fue testigo de una experiencia de viaje única: durante seis días, un grupo selecto de entusiastas del motor cambió los trenes bala por el rugido elegante de automóviles clásicos, recorriendo más de mil kilómetros por la isla de Honshu. Más que un itinerario, fue una declaración de amor al detalle, al diseño y a la manera japonesa de entender el mundo.

El punto de partida fue Tokio, con una bienvenida que combinó hospitalidad, elegancia y mucha emoción por lo que vendría. A bordo de autos como Aston Martins, Alfa Romeos, Mercedes y joyas niponas vintage, la caravana avanzó por rutas escénicas que parecían salidas de una película: curvas de montaña, lagos espejados, caminos bordeados por cerezos y pueblos que conservan lo más auténtico de la tradición japonesa.

Más que un roadtrip: una inmersión en la cultura japonesa

Cada parada del recorrido estaba cuidadosamente curada para ofrecer algo más que paisajes:

  • En Nikko, los templos milenarios ofrecieron un momento de pausa espiritual.
  • Karuizawa sorprendió con su mezcla de diseño moderno, bosques silenciosos y arquitectura que respira.
  • En Hakone, los viajeros se sumergieron en los rituales del onsen con vistas al Monte Fuji.
  • El cierre fue en Chiba, en un circuito privado donde los motores pudieron rugir sin límites y la velocidad se vivió a corazón abierto.

Pero el verdadero lujo estuvo en los detalles: almuerzos en casas de sake tradicionales, ceremonias sintoístas para bendecir los autos, presentaciones de teatro kabuki en espacios íntimos, cuartetos de cuerdas tocando al atardecer y ferry rides donde el tiempo parecía detenerse.

Viajar en comunidad, al estilo japonés

Además de los paisajes, lo que marcó esta experiencia fue la convivencia. Participantes de distintas partes del mundo compartieron historias, brindis con sake y charlas sobre motores entre parada y parada. Hubo quienes llevaron sus propios autos desde Europa o Estados Unidos, y quienes alquilaron deportivos japoneses cuidadosamente restaurados.

La experiencia dejó en claro que el verdadero lujo no solo está en lo material, sino en la conexión: con el camino, con la historia del lugar y con quienes comparten la ruta.

Una experiencia que ya es leyenda

Esta edición tuvo una cuota de entrada de $32,500 USD por vehículo e incluyó hospedaje en alojamientos de primer nivel, comidas diseñadas para cada parada, acceso a locaciones fuera del circuito turístico y actividades exclusivas que solo pueden vivirse una vez.

Detrás de esta experiencia está The Peninsula Hotels, que ha convertido su Japan Driving Experience en uno de los eventos más esperados de su calendario de experiencias inmersivas. Con su inconfundible hospitalidad, la marca ha logrado mezclar adrenalina, cultura y sofisticación en una fórmula difícil de superar.

Lo que viene

Aunque aún no hay fecha confirmada para la próxima edición, los rumores ya circulan. Lo que sí es seguro: quienes vivieron esta edición regresaron con algo más que fotos espectaculares. Se llevaron una versión de Japón que solo puede conocerse con el viento en la cara, el volante entre las manos y una playlist que combine cuerdas japonesas con el rugido de un motor clásico.

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