Entre lluvias, cielos nublados y tardes largas, el verano en la Ciudad de México se vive distinto. Y en medio de este clima acogedor, nada se antoja más que un buen plato de comfort food: esa comida que sabe a hogar, a infancia y a todo lo que nos hace sentir bien.
Aunque el verano normalmente se asocia con lo fresco y lo vibrante, hay algo profundamente reconfortante en aprovechar los días lluviosos para quedarnos en casa, bajar el ritmo… y apapacharnos con sabores que nos hacen sonreír desde el primer bocado.
¿Qué es la comfort food y por qué la necesitamos?
Más que una tendencia, la comfort food, o en español, comida reconfortante o apapachadora, es un puente directo a la memoria. El término nació en 1966 y se refiere a esos platillos que nos envuelven en nostalgia, que evocan momentos compartidos con nuestras personas favoritas o simplemente nos hacen sentir en casa.
En México, este tipo de cocina tiene un lenguaje propio: sopas que curan el alma, chilaquiles que levantan cualquier ánimo, albóndigas con sabor a domingo en familia, y fideos que nos llevan directo a la mesa de la abuela.
Son preparaciones sencillas, pero con capas de emociones y recuerdos.
Tu lugar feliz tiene nombre (y sazón)
En una ciudad que nunca deja de reinventarse, Peltre Lonchería ha logrado consolidarse como ese espacio donde el tiempo parece detenerse para darte lo que más necesitas: un desayuno caliente, un pan recién horneado, un cafecito con historia, un sabor familiar con toque actual.
Con diez años de historia y presencia en 15 puntos estratégicos de la CDMX y el Estado de México, Peltre ha sabido llevar el espíritu de las loncherías tradicionales a nuevas generaciones. Su propuesta rescata los sabores de casa con ingredientes frescos, técnicas honestas y un servicio que invita a quedarte.

En un rincón de la Roma, en un desayuno entre semana en la Condesa o en una comida de domingo en Satélite, Peltre se ha vuelto ese lugar feliz al que siempre quieres volver.
El verano perfecto también se sirve en plato hondo
Este verano, déjate llevar por los sabores que reconfortan. No hace falta un gran plan, solo un buen plato, una taza humeante y la voluntad de regalarte un momento para ti. Porque apapacharse también es una forma de cuidarse. Y la comida puede ser mucho más que alimento: puede ser un recuerdo, una pausa, una caricia.
En esta temporada de lluvia, la comfort food no solo reconforta el estómago. También nutre el alma.
¿Y tú, ya encontraste tu platillo reconfortante favorito?