Volver a la naturaleza: la visión arquitectónica de Kengo Kuma llega a la CDMX

La arquitectura contemporánea tiene nuevos horizontes y Kengo Kuma, uno de los grandes referentes del diseño global, los traza desde la conexión con la naturaleza, la escala humana y la ética. Su reciente visita a la Ciudad de México fue un encuentro íntimo y poderoso con esa filosofía.

El creador del Estadio Olímpico de Tokio ofreció una conferencia magistral en el Museo Tamayo, donde compartió más de 300 imágenes que ilustran su trayectoria y su visión de futuro. El auditorio se llenó de estudiantes, profesionales, curiosos y entusiastas de la arquitectura japonesa, en un evento que se convirtió en puente entre dos culturas: México y Japón.

“El tema de hoy es muy simple: cómo volver a la naturaleza. Eso es lo que necesitamos ahora”, dijo Kuma al abrir su charla, planteando una reflexión sobre los retos de la arquitectura en tiempos de crisis ambiental y densidad urbana. Su narrativa, visual y emocional, repasó hitos personales, como el momento en que decidió ser arquitecto tras visitar el Estadio Nacional Yoyogi de Kenzo Tange, y obras clave que conectan la tradición con la tecnología, la materia con la emoción.

Uno de los ejemplos más representativos fue el Chidori Pavilion, una estructura ensamblada sin clavos ni adhesivos, creada con precisión digital y construida por carpinteros tradicionales. Otro: el Estadio Nacional de Japón, que integró maderas de las 47 prefecturas del país y vegetación nativa, celebrando la diversidad en cada detalle.

Para Kuma, la arquitectura del futuro no está en la espectacularidad, sino en el cuidado: en entender el entorno, en escuchar el lugar y en construir con respeto. Desde sus primeros proyectos hasta sus colaboraciones con inteligencia artificial, su mirada se mantiene coherente: “La tecnología está siempre presente, pero nunca debe ser protagonista. La naturaleza debe ocupar el centro del proyecto”.

Durante la sesión de preguntas, habló de su admiración por Isamu Noguchi y Luis Barragán, y del cruce entre arquitectura, arte y política que, según él, hace de México un país profundamente inspirador.

Organizado por el INBAL, la Fundación Japón, la Universidad Iberoamericana, la Casa Estudio Luis Barragán, Fundarq MX y el Museo Tamayo, el evento no solo fue una conferencia: fue una invitación a repensar cómo habitamos el mundo.

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