Entre el aroma del cempasúchil y el resplandor de las velas, Odisea México transforma la esencia del Día de Muertos purépecha en una experiencia inmersiva que invita a sentir la tradición desde el corazón.
Inspirada en los rituales que rodean el Lago de Pátzcuaro, Michoacán, la instalación, ubicada en Plaza Carso, recrea una de las celebraciones más conmovedoras de México, donde la memoria se convierte en luz y la nostalgia florece en color.
Cada año, las comunidades michoacanas preparan altares cubiertos de flores, frutas, pan e incienso, mientras las canoas iluminadas cruzan el lago en una procesión de fuego y canto. Ese instante , en que las almas regresan y los vivos las reciben con gratitud, es el alma de esta experiencia sensorial que combina arte, tecnología y tradición.




Un viaje sensorial entre luz, arte y memoria
En su sala dedicada a Michoacán, Odisea México envuelve al visitante en un ambiente multisensorial donde el aroma del copal, las flores de cempasúchil y la música tradicional crean un paisaje emocional. Caminos de pétalos, altares monumentales y proyecciones envolventes narran el ciclo de la vida desde la perspectiva purépecha: el amor que nunca muere, la despedida que se convierte en reencuentro.
El recorrido continúa en la Sala de Alebrijes, un universo vibrante inspirado en el imaginario de Pedro Linares, el artesano que en la década de 1930 soñó con criaturas híbridas que repetían la palabra “alebrijes”. De aquel sueño surgió una de las expresiones más icónicas del arte popular mexicano.
Aquí, luces, proyecciones y esculturas monumentales cobran vida para recordar que la fantasía también es una forma de eternidad. En este espacio, lo ancestral y lo contemporáneo dialogan para rendir homenaje a la creatividad que da identidad a México.
Patrimonio vivo, tradición en evolución
El Día de Muertos, inscrito por la UNESCO en 2008 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, continúa uniendo generaciones y comunidades. Según el INEGI, el 78% de los hogares mexicanos monta un altar cada año, prueba de que la tradición no solo perdura, sino que evoluciona con nuevas formas de expresión.
Odisea México retoma ese espíritu y lo traduce en arte digital: un puente entre el pasado y el futuro, entre la devoción y la tecnología. En cada instalación, la experiencia celebra cómo México transforma el duelo en color, la ausencia en gratitud y la muerte en una afirmación luminosa de la vida.
Odisea México
Lunes a domingo de 10 a 18 h.
Boletos disponibles en su sitio web.
Plaza Carso. Lago Zúrich No. 245 Col. Ampliación Granada C.P. 11529 Miguel Hidalgo, CDMX