Por: Daniel Calderón
El idioma de la naturaleza se encuentra implícito y se manifiesta en todo lo esencial. Los mensajes decodificados son atemporales y preservados para todo ser que en plena conciencia, logra una conexión con la madre Tierra por medio de estados puros, frecuencias elevadas en armonía, consecuencia de la evolución interna y espiritual.
Desde la existencia misma del ser humano y su plena atención para traducir lenguajes universales, y reproducirlos, encontramos las vibraciones naturales como punto evolutivo de comunicación. Percibidas en distintos elementos, flora y fauna, analizados, estudiados y reinterpretados, actualmente en evolución constante, sonidos que en conjunto se traducen como música. Pensar en el mismo argumento de la creación, deriva en reflexiones profundas y complejas respecto a diversas formas de interpretación. Perspectivas filosóficas, místicas, mágicas e incluso oníricas.
Ahondemos en un objeto material específico: un espejo. ¿Con qué palabra, plural, singular o ambas le defines? El trasfondo de su origen y la misma respuesta se encuentra en la naturaleza…imágenes, paisajes estáticos, reflejados en escenarios acuáticos: lagos y ríos principalmente, pero también en piedras pulidas y cristales. Una vez más, ejemplificamos la adaptación de la naturaleza respecto al ser humano.
La simplicidad de lo abstracto como respuesta.
En cuanto a la documentación histórica, la invención de los espejos datan desde aproximadamente 8 mil años, en la llamada Anatolia, actual Turquía. Se utilizaban en la antigüedad, principalmente para la adivinación, artes esotéricas y ciencias ocultas.
Nos remontamos de un pasado distante, abruptamente al año 2013, donde nace la iniciativa del Proyecto Tamayo, misma que invita a diseñadores y arquitectos, con el fin de crear espacios artísticos en los alrededores del museo, fundado en 1981, exhibiendo desde entonces, arte contemporáneo en sus instalaciones.
Llegamos así a octubre 2018, mismo sitio, sede alterna, elegida del Design Week México, justo a un costado lateral del Tamayo, desde entonces hasta marzo 2019, podrás interactuar con la extensión de un espacio abierto, obra de la arquitecta Fernanda Canales en conjunto con Empresa USG líder en construcción de espacios ligeros y Guardián, empresa de vidrio flotado.
Propuesta que promueve la contemplación de elementos artísticos y naturales en un mismo lugar, fusión idónea de estética visual. Reflejos surrealistas, divididos en 3 secciones de diferentes dimensiones, haciendo del medio ambiente, un recurso inmerso que conecta la atmósfera con el magnetismo de los espejos, creando ópticas lúcidas y oníricas, imperando un estado hipnótico de efectos personales en la psique individual. Metáfora de vida, diferencia entre realidad e ilusión, nuestra propia imagen y semejanza.
Pabellón «Museo Abierto»
Museo Tamayo
Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec I Sección.
Hasta marzo de 2019
Martes a domingo de 10 a 18 horas
Entrada gratuita